CARTA DIRIGIDA A LORD A.D.
¿Es mi alma la que peca?
¿O es el día que no amanece?
Tenebrosa es la sombra del abismo
Que mi cuerpo desprende.
¿Es el amor
La cara oculta de tu odio
El que se enreda entre mis huesos
Escupiendo con veneno
Eso que los demás llaman -besos-?
De Profundis, mi pedestal
Es el mástil de tu horca.
Mi cárcel, oscuro habitáculo
Enmarañado de dolor
-O belleza del amor-
Que rodea mi sino,
Pule la órbita de tu felicidad.
Necio quedaría escaso
A tu persona;
Así como honorífico
Mi renombre ascenderá.
No consienta este Dios
Que ahora contemplo
Que tu imagen resida
En la memoria del mal.
Tú, flor de Lis que yo amé,
Cuyo aroma asfixiante
Inyectaste en mi cuerpo,
De Produndis, de tu burda bacanal.
(De una profunda admiradora).
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