LORD BYRON (II)
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A mi hermana Augusta
Siento que mi vida es un triste tormento
No puedo más que seguir el lento ritmo
De esta estela que mi amargura deja;
Invadido de dolor, angustia y agonía
Me quedo aquí, preso en el Imperio de las Sombras.
Ya nadie mi ausencia advierte; por eso tu nombre invoco
¡Oh dulce Augusta!........
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Aún recuerdo nuestras tiernas miradas
Nadie lo sabe, ni sospecha nada, pero mi vida es tuya;
Me siento tu prisionero, ¡Oculta llamarada!
¡Sangre de mi sangre! Tu imagen venero.
Luchando sigo contra viento y marea,
¡Y Tú! ramal de mi cauce, agrietas mi alma
Y aterrorizados mis ojos, huyen de la Nada.
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¡Maldigo esta tierra en la que yo nací!
Vago errante entre románticas colinas
Paseo afectado, por estos lechos de dorada arena.
El cielo se nubla, y turba mi consciencia
El viento arremete contra mí
Al tiempo que una ola tragarme quisiera.
Ya oigo cómo el Dios de la Guerra, nuestra Tierra golpea.
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Sabes tú, mejor que nadie,
Cuánto he bebido del Néctar prohibido
Y siento aún tu deslizar entre mis dedos,
Cual paño de seda que intenta escapar;
Mi hambre no se sacia, el placer me invade, ¡Augusta hermana mía!
No dejes que el Eclipse se cierne sobre tí,
Y así, retorne en mí..... nuestro Amanecer.
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(18-Junio-1815)
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1 comentario:
Todas aquellas personas que tienen hermana, han podido identificarse, al menos una vez en su vida, con estos versos que escribes. Si me permites, Mercedes, me gustaría regalar a mi hermana, para estas Navidades, estas que son tus palabras. Es la manera más especial que se me ocurre de decirle que la echo de menos. Gracias.
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