PENSAMIENTOS PROFUNDOS

Mi poesía no busca belleza
Ni busca razón.
Sólo vuestra sugerencia...
Y moveros en alguna pasión.

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QUÉ PRISA LLEVA EL ALMA HUMANA POR MORIR

Velocidad vertiginosa cayendo sobre nosotros
librándonos de la paz, del sosiego placentero
Y del silencio acompasado de los días.

Pero ¡Qué deprisa va sucediendo el milagro!
Sí, el de alejarnos y huir.
Desplegada amnesia atrofiando
Nuestro ser.
Pero ¿Qué somos?

Inmundas cadenas sometidas,
Descarriadas;
Doblegadas ante la autoridad del regidor,
-Reverso de la justicia, moralista de la sinrazón-
Discretos balidos apenas audibles,
Sonidos metálicos que nuestro aliento esboza,
Distorsionados;
Miradas, que sin visión circundan
El corazón cabizbajo.

¡Yo no quiero contagiarme!
Y lo grito.
Echando un pulso a la imaginación
Evado mi alma amada,
De ese reguero oxidado,
Que allá en su herrumbre se alberga.
Y lo quebranto.

Pero ¡Qué prisa lleva el alma humana
Viviendo, para lentamente, morir!

(De un alma viva)




CARTA DIRIGIDA A LORD A.D.

¿Es mi alma la que peca?
¿O es el día que no amanece?
Tenebrosa es la sombra del abismo
Que mi cuerpo desprende.


¿Es el amor
La cara oculta de tu odio
El que se enreda entre mis huesos
Escupiendo con veneno
Eso que los demás llaman -besos-?

De Profundis, mi pedestal
Es el mástil de tu horca.
Mi cárcel, oscuro habitáculo
Enmarañado de dolor
-O belleza del amor-
Que rodea mi sino,
Pule la órbita de tu felicidad.

Necio quedaría escaso
A tu persona;
Así como honorífico
Mi renombre ascenderá.

No consienta este Dios
Que ahora contemplo
Que tu imagen resida
En la memoria del mal.
Tú, flor de Lis que yo amé,
Cuyo aroma asfixiante
Inyectaste en mi cuerpo,
De Produndis, de tu burda bacanal.

(De una profunda admiradora).